Dime cuanto tiempo he de esperar,
o al menos dime si valdrá la pena.
Dime cuantas noches de estrellas
equivalen a una de luna llena.
Si acierto o fallo, cuando hablo… cuando callo…
Cuando no me despido, cuando cuento los minutos,
o me voy sin motivos, o al menos, eso crees…
Llevar la contraria para demostrar lo contrario.
Me contradigo, pues así me expreso.
Complacerte en ocasiones, te lo tomas como un juego,
te agradezco en silencio, me haces fácil ser sincero.
Amagando entre líneas de ironía y confianza,
te regalo lo tuyo, y lo mío si hace falta.
Esperando en lo oscuro, un haz de luz,
el brillo de tus ojos aún desconocido,
compartiendo preguntas con un solo amigo.
Solo veo la salida…
está oculta la puerta de entrada a tu vida,
y a la vista el motivo de que seas más que amiga.
Y contando demasiado,
el silencio es amigo pero rechazó ser aliado.
Otras veces hablar me resulta complicado,
lo pienso y me retraigo,
aunque haces fácil lo difícil incluso estando al otro lado.
Y pensando en tus razones…
No me acuerdo de tu risa pues aún no la escuchado
pero motivos me sobran… para hacer sonreír tus labios…