¡Qué largo ha sido el camino
recorrido hasta el presente!
Toda una vida de espera
sin sentir la primavera
acariciar mi cansada frente;
siempre andando en solitario
y rogándole a Dios, a diario,
con el ánimo impaciente,
que diera a mi corazón
el calor de una mujer
que me ame y me complemente.
Entonces llegaste tú:
Amor de la vida mía,
como excelsa sinfonía
que alegra a mi corazón,
y es tu presencia divina
como el agua cristalina
que vino a calmar mi sed
con tu alma, bella y fina.
Llegaste sin previo aviso,
cuando ya no te esperaba,
cuando mi alma se aprestaba
con triste resignación
a pasar en recesión
el tiempo que le quedaba.
Llegaste bañada en luz
radiante y arrobadora
a iluminar con tu aurora
lo sórdido de mi cruz.
Y eres tú, bella señora,
quien me devuelve la vida
con tu presencia querida
y es por éso que te adora
mi alma de amor rendida.
Eres mi gran bendición,
la respuesta de los Cielos
a mis más caros anhelos,
tú has sido mi salvación.
Reconoce mi corazón
en tí a su divina dueña
y es en tí que mi alma sueña
con sublime devoción.-
Eduardo Ritter Bonilla.
Sábado 15 de Agosto del 2009.
Dedicado, con todo mi Amor,
a LAGODECRISTALESAZULES.