(Nueva versión)
Mi bajel sigue preso de tus ojos cautivos
De tus besos de lluvia, de tus años ceñidos
De tus verdes praderas donde humectas la tierra
Con tus sabios retoños que semejan quimeras.
Este amor casi humano, este amor como sino
Que ya crece en mis tierras aunque esté prohibido,
Con la fértil madera de tus versos perfectos
Que bajando a mis ansias como caminos rectos.
Abren brechas de fuego, de inconclusos jardines
Donde vuelan las aves, como los querubines.
Anidando en mi pecho siempre en notas vibrantes
Como quién con paciencia talla finos diamantes.
Como el hombre que absorto ve brillar las estrellas,
cuando solo es un sueño, bondadoso y afable.
Fabricando utopías de este amor insondable
Donde el mundo, lo externo es muy poco explicable.
Y a pesar de los muros ,y las brechas abiertas
Que parecen erguirse cual gigantes obesos
Y a pesar de los meses, ellos siguen ilesos
Como beso que luego, en tu cara se injerta.
Sus chasquidos se esparcen como incienso en el templo
donde arcángeles rondan y parece que danzan
Y a pesar del perfume, muy poquitos lo alcanzan
como yo tu cariño, cuando bien lo contemplo.
Esa rima tan tuya, que en el aura hace vuelo
y despierta dolores, que yacían marchitos.
Y sus lágrimas caen, como lluvia del cielo
Y que lleva las almas, hacia el cielo infinito.