Érase una vez... un país en mil colores,
Un lugar lleno de magia y de ilusión,
Un mundo nuevo donde reinaban flores,
Un mundo donde dejar libre el corazón...
Un mundo habitado por mil duendes,
De botas gruesas y juguetón andar,
Un lugar de luciérnagas verdes,
A las que todo ves iluminar...
A ese mundo llegó un día,
Un hada marchita de pesaroso mirar,
Y aquellos duendes ya no podían
Dejarla un instante de observar...
Y aquella hada que se sumía,
Poco a poco recuperaba su brillar.
Y en ese mundo se quedaría,
Con los duendes, a jugar...
Y desde un busto canta y escribe,
Y cuenta sueños, y canta ilusiones,
Y aunque ella siente que por fin vive,
Aún la esperan desilusiones...