Empieza el día, secreta trama de redundancia
el gentío se nutre de sueños y desperesos
no hay un rincón que se fijen al embeleso
la ciertas rutinas, de armonía y constancia.
Nace el sol, en la incipiente tolerancia
mares de preguntas acechan acechan, solo eso,
y en el rincón humilde el dolor de espesos
fragmentos tolerantes, en cualquier instancia.
Mañana de pocos neones que asoman vigilantes
entre la muchedumbre que tibia se despierta,
cada vez que llaman a crear interrogantes
aquellos que despojan al pobre de su huerta
mirando para afuera, esperando el instante,
que llegue el salvador de todas las respuestas.