Me dueles en el alma diariamente,
y en un instante de dolor me muero,
y renazco sin quererlo, nuevamente,
para ver que tu no has vuelto todavía.
Me dueles en el alma cada tarde,
cuando tengo en mis manos tu retrato,
y en el centro de esta ausencia silenciosa,
en el centro de esta ausencia, más me dueles.
Me dueles en el alma, cuando pienso,
cuando pienso, que es mentira que te has ido,
cuando sueño que me dices: ¡hoy he vuelto!
cuando invento tu silueta en esta estancia.
Me dueles en el alma cada día,
y las fuerzas se me acaban, si me faltas,
y me dueles mucho más, en el silencio,
que devora poco a poco mis palabras.
Me dueles cada vez que me haces falta,
me dueles cada vez que te pronuncio,
y me dueles cada vez que te recuerdo.
Y es por eso que me dueles cada día