El odio, pajaro de mal agüero,
entraña turbia donde el sol
ni alienta ni alumbra.
Media humanidad odia a la otra,
y perpetua desde su origen
la sangre negra que
no es la nuestra.
Que esta es un rio que canta
y pugna por las mejores acciones.
No conoce del aullido,
del sibilino mirar
del graznido que empozoña el aire,
de traiciones.
El odio como un animal sin conciencia
de debilidades se alimenta.
Todo se esconde
y al tiempo se encuentra,
hasta devorarse en una marabunta
de cuchillos, puñetazos y rencores.
Donde echa su semilla
cual mala hierba
se extiende y extremece la bondad
hiriendola de muerte.
Yo estoy con los que no odian,
con los que caminan
sin volver la vista,
los que no murmuran,
envidian ni injurian.
Los que solo aman,
difunden y propagan
su espiritu de concordia,
Los que jamas veran en su projimo
un enemigo o una victima.