Mar lejano. Horizonte hallado con lágrimas
viejas que danzan en las hojas del invierno.
Mar lejano. Dulce sueño silencioso bailando
entre los senos y el vientre, navegando
por insólitos océanos a vista de murciélago.
Mar lejano. Ayunando en el corazón,en la masa fría de los labios
y decorando las mejillas a universo claro,
y mientras, en la azotea, hogar de las palomas, viajo
sin dar un paso, viajo con el vaporoso aire
allá donde las nubes son canela y las estrellas
cerezas con sabor a frambuesas.
Mar lejano. Aguas tibias con dulce aroma a silencio,
las únicas tormentas que ayunan
en un vaso lleno de vino rosado, mezclado
con el sufrimiento del pasado y el temor del futuro.
Divagan por las llanuras del cuaderno
buscando la pluma seca y desterrada.
Mar lejano. En este invierno frío y caluroso
merado a lo alto del monte junto a un rosal de flores,
copado en las raíces del aliento y bebiendo la misma
sangre que el cauce del río, viajo por el lamento
donde el fuego son pirámides de cemento
y el agua destellos de luz en el tiempo.
Mar lejano. Te escribo en las hojas del calendario
donde los días son presa de los reflejos del espejo.
Mar lejano. Brindo al único cielo que veo
ese claro oráculo que mece en las noches del cuaderno.
Mar lejano. En la azotea, hogar de las palomas, viajo
sin dar un paso, viajo con la memoria de mi cuerpo
allá donde las nubes son canela y las estrellas
cerezas con sabor a frambuesas.