Mi alma vuela entres nubes atrevidas,
blanco delirio que acaricia lo ansiado,
solloza el alma de amor, sin importar la altura,
en la cota sagrada donde se eleva el espíritu,
entre nubes donde los ángeles me contemplan,
envuelta en el níveo celestial,
libre del pecado hacia la existencia
del amor sublime.
prodigan tiernas caricias.
Allá abajo, lejana y dormida,
abrigo en mi pecho los pensamientos,
quemándome en tus gallardas formas,
te recreo entre mis dedos
resbaladizos de deseos.
es la entrega de mi amor.
Al espíritu nómada que me espera,
para encarnar de nuevo en tu cuerpo,
la embriaguez sublime,
de tocar el cielo de tu amor.