Cincuenta y dos años, enrique.

Enrique,
cincuenta y dos años,
y aqui hemos llegado,
girando como una noria,
buscando siempre tantas cosas,
en el viento,
en las estrellas,
en los sentimientos,
cincuenta y dos,
no me lo creo,
pero esto no es un sueño,
ó si?
solo sé,
que aqui estoy,
junto a este cielo de mujer,
que amo más cada dia,
que me ama con todo su amor.
Cada dia con más nostalgias,
recordando,
saboreando con más sabor,
esa madre que me trajo,
esos hijos que con sus defectos,
son un sol,
este amor que me rodea cada dia,
con sus brazos,
su sonrisa,
que a veces me aguanta,
porque tambien tengo mis rarezas,
mezcladas con mis dulces tibiezas,
pero aqui estoy,
escribiendo mis sentimientos,
junto a mis amigos del rincón,
en esta vida que es sencilla,
a veces bella,
salvo cuándo la complicamos,
y la convertimos en problema,
metiendo la pata,
ó haciéndonos daño,
sin haberlo pensado,
sin venir a cuento,
como si fuera un teatro.
Cincuenta y dos años Enrique,
a veces me rio riendo,
otras me pierdo en la tristeza,
pero asi soy,
doy lo bueno,
me trago mis silencios,
y algunas veces,
tiro por el camino de en medio,
pero ya disfruta uno,
los buenos momentos,
algo hemos ido aprendiendo,
mirar la vida romántico,
para darle su sentido,
tomar unas cervezas,
mientras rio con mi pareja,
hablar mas calmado,
observando los ojos del otro,
y soñar despierto.
Se va aprendiendo,
de uno mismo,
pero ante todo se aprende,
de lo vivido,
más de los errores,
menos de lo que te han dicho,
pero vivir es mojarse,
por fuera y por dentro,
aunques escribas mucho,
y pongas empeño,
lo que al final cuenta,
es el camino recorrido,
sentir en la cara el viento.
Me gusta ver a los demás,
sonriendo,
ó afrontando la vida,
bien ó mal,
pero luchando,
dejando pasión en el camino,
superando,
avanzando,
y si yo puedo ayudar,
me gusta cuenten conmigo,
algún consejo puedo dar.
Sin embargo Enrique,
a veces te miro,
y te veo raro,
lleno de amor,
pero de vez en cuándo extaño.
Hablas conmigo,
como si fueras otro,
me regañas,
te deprimes,
y al final sonries,
ó aparece tu amor,
te mira a los ojos,
y como si estuviera dentro de ti,
sabe hacerte sonreir,
ó echarte una bronca,
para que espabiles,
y dejes de hacerte daño.
A veces te silencias contigo mismo,
como si no quisieras verte,
ó te ves,
ó me veo,
como un muchacho,
cuándo esa rebeldia,
que me hacia luchar,
contra toda injusticia.
Maldigo los fracasos,
aunque no sé si será bueno pasarlos,
pero todo es un instante,
luego vuelvo a donde estoy,
y me digo,
que la vida hagas lo que hagas,
sigue su camino,
que es como un destino,
que si quieres puedes asumirlo,
y que no vale llorar,
sino tienes el valor de cambiar.
Aqui estoy Enrique,
cincuenta y dos años ya,
a veces no sé si me han traido,
ó me llevan,
no entiendo que pasa,
solo cuento,
que soy feliz en mi tiempo,
aunque a veces vacio,
a veces cantando,
a veces sonriendo.
Hay días,
que parece que uno,
flota respirando,
que pasas de unas lágrimas,
a un recuerdo,
a una distancia extraña,
ó te abrazas a tu amor,
con toda tu fuerza,
para que no te lleve el viento.
Pero al final,
mira que historia Enrique,
comenzé recordando tus años,
y has acabado mirándote en el espejo,
y es que te conozco,
somos viejos amigos,
seguiremos viviendo,
mientras cumplimos años,
y buscamos la felicidad,
que como bien dices,
está en cualquier momento.