¿Quién podría decirme…? ¡¿Quién?!
¿Cuándo las sombras llegaron a su vida?. ¡¿Cuándo?!
¿Cuándo quedaron invisibles a sus ojos
Las personas tan amadas
Las metas tan deseadas
Las cosas tan queridas?. ¿Cuándo?
¿Por qué la vida puso
Un velo de neblina ante sus ojos
Dejando un cuerpo vacío?. ¿Por qué?
¿Dónde quedaron todos sus sueños,
Sus anhelos, sus ilusiones, sus esperanzas…
Sus sentimientos?. ¿Dónde?
Mi mano acaricia sus cabellos
Mientras su mirada se pierde en el horizonte
Y mi corazón se quiebra
Hundiéndose en el vacío profundo
De su soledad.
Está seca, yerta, vacía
La fuente de mis lágrimas,
Rotas o quebrantadas
Las cadenas que le unen a mi vida.
A veces lo veo vagar sin rumbo,
A veces platica con alguien a quien yo no veo,
A veces permanece estático por eternas horas
A veces lanza un grito de impotencia, de dolor…
A veces…
Y su grito y el mío
Y mi grito y el suyo
Se unen
Para cuestionar, para protestar,
Para pedir o exigir una respuesta…
Para demandar del cielo clemencia.
¿Qué hice yo?
¿Qué hizo él?
¿Cuál fue el crimen, la felonía,
La maldad cometida, por él, por mí?
¿Por qué él y no yo?
¿Por qué su brújula y no la mía
Se quedó sin rumbo?
¿Por qué no tiene nada de dónde
Pueda volver, regresar
El tiempo y la vida
Para estar conmigo como antes?
Hay angustia y tristeza
Tristeza y una enorme, pertinaz angustia
Una aflicción, que devora y aniquila
Aniquila y devora con pasos lentos
Inadmisible, Pero ciertamente
Ese incierto vivir…
Tan suyo… y tan mío.