Este es el último verso que escribo,
no me aparto, por no sentir aquejo,
sólo que de este dolor me alejo,
y de aquello, guardar lo querido.
Me quedo, con la tarde aquella,
recuerdas, en que nos conocimos,
los nervios que los dos sentimos,
cuando lejos estaban, las querellas.
Me guardo, todos esos viajes,
en que tus hijos y nosotros convivimos,
y que ahora, con nostalgia revivimos,
presos sin quererlo del destino.
Conservo corazón, tus caricias y tus besos,
que aunque plenos, escasos fueron;
Que sin duda cómplices huyeron,
de este yerro que nos deja heridos.
Atesoro amor, mis sueños,
que aunque tuyos nunca fueron,
el sincero sentimiento reflejaron,
y que ahora, sin embargo, son extraños.
Preservo bebe, tus risas,
por que fueron de mi alma alimento,
recuerdo de pasadas alegrías,
que serán ahora, mi tormento.
Pero sobre todo corazón,
con los besos, que se harán añejos,
que en mis labios quedaron perplejos,
ya tristes, ya lerdos…