I
Llueve en la ciudad.
El cielo, las estrellas, las aceras
se adornan de colores
cuando cae sobre mi cuerpo
lo profundo de tus ojos.
Vivo guardando tu mirada gris
mirando el reloj
que envuelve la fría soledad;
creo que te veo, no en lo muy lejos
reflejos de mis recuerdos.
La ventana sin cortinas,
sombría tarde de invierno
mece en el alba mi tristeza
ni el mar ni la tierra
consiguen hacerte huir,
y en medio de la noche
al otro rincón del mundo
hago por olvidar
pero.
creo que te veo, no en lo muy lejos
reflejos de mis recuerdos.
y la vida se desquita
se anida en el pecho, junto a la soledad
ni el viento ni el fuego
consiguen traerte de vuelta
a este lado del rio,
donde aun crece la hierba,
a este lado del rio,
donde la lluvia es simple agua
que moja el pelo.