Nadie dice lo que pasa,
pero su muerte se hace cercana.
¡De luto se vestirá la casa!
lágrimas sueltas mojarán la mañana.
Peñascoso es el momento,
se inclina una muerte anunciada.
La trémula brisa del viento,
pasa en su alma sellada.
Invandido su peso de dolor,
doblando cada pena en su llanto.
Ya es tarde,las aguas del amor,
se escucha por ahi´,el irrenunciable quebranto.
Se equilibra la sensibilidad,
donde gravita un angustioso tiempo.
La visión se hace cada vez verdad,
atados de manos,viviendo el suplicio.
SOL.