Con estas cortas palabras te digo,
que eres una mujer muy hermosa,
eres el encanto con que Dios bendijo,
a este mundo que al tenerte goza.
Tus ojos le dan brillo a cada amanecer,
e iluminan los caminos que transitas,
tu mirada hace a cualquiera enloquecer,
esa dulce mirada fija que al amor incita.
Tus labios lucen suaves como la seda,
y resulta imposible no querer besarlos,
su tierna delicadeza en mi mente se queda,
y es inevitable el deseo de querer probarlos.
Qué maravillosa luce la suavidad de tu piel,
hermosa como el crepúsculo de los enamorados,
ese color me convertiría en su admirador fiel,
esa envoltura de tu cuerpo me dejaría hechizado.
Es importante mencionar tu impactante cabello,
armonioso como el deleite de una catarata,
el contraste que hace con tu rostro es muy bello,
son los delicados hilos que a mi alma atan.
Mis palabras son dedicadas a una mujer sencilla,
una mujer dulce que merece amor verdadero,
la persona a la que la belleza se le humilla,
la persona semejante a la mujer que yo espero.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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