No fue suficiente
el proyectil asesino
ni la conciencia pagada de los bandidos,
ejemplo puro de forrajidos,
para desaparcerte,
Orlando.
Hace falta más
que la lengua de fuego
del metal infernal.
Hace falta algo más
que el fanatismo agredido
por el análisis crítico
de tu prosa de claro estilo:
Microscopio,
un punto de vista más allá
de la simple rutina.
La exposición precisa
de la verdad y la justicia.
¿A qué preversa conciencia
se le ocurriría apagar
la llama de tus ideas
y el sendero de tu ejemplo?
¡Tenían que estar locos!,
¡Sí, sus estaban oscurecidas
por el anhelo de venganza!
Pero cuán en vano fue su intento genocida,
que aunque borraran tu existencia física,
¡ya estaba sembrada tu semilla
y germinado los frutos!
Habrán más 17 de Marzo,
pero más nacerán Orlando
con cada primavera
floreciendo el pensamiento
y sobreviviendo a cada invierno
y a las inclemencias de otros tiempos
llenos de maldad
y egoísmo desenfrenado
por el dominio opresor.
Se aclarará todo,
el ojo de la justicia lo iluminará
y en aquella calle
del suceso fatídico,
José Contreras,
brillará la verdad
y pagarán su culpa
las mentes y las manos asesinas
¡Orlando, habrá justicia!