Nuestro entusiasmo alentaba los meses que corren
entre la multitud de la igualdad, indescifraba…
la Gran debilidad convertida en padres
De nuestro bendito mes nueve, incalculado.
Pensábamos y el tiempo que no tendría precio
se nos iba pasando a borbotón lo increíble de la vida nueva.
De esa vida nacida de un amor magnánimo,
Conservado entre la curvatura de tu ser…
Que puso en mis ojos, el brillo cristalino…
Cuando me anunciastes sobre mi paternidad,
Aun hasta ahora mi anhelo se desenfrena
De una manera inhumana…
Como el corazón se contrae en esos raudos…
Latidos tan dichosos, sensaciones únicas.
Que aún perduran en mi sensibilidad,
Al tan solo esperar al hijo del poeta…
Cuanto abunda mi alegría, querida Mujer…
Cuanto se rebalsa mi deleite…dentro mío,
Cuanto se apodera mis lágrimas de emoción…
Esperando con gran esmero.
Este Alumbramiento, Amada Mía… Para Este Ser bendito, El hijo del poeta Azzazinz Derechos Reservados 2011 copy right