Nuestros locos y excitantes cuerpos que,
cuando hacemos el amor,
se desbocan nuestros cuerpos al,
unísono cuan olas huracanadas,
cabalgas sobre mí cuerpo en, una adicción alocada de gemidos y
profundos suspiros de placer.
Que nos transforma nuestros,
alocados cuerpos en un solo ser,
eres como una tormenta huracanada,
que se apodera de mis deseos y
haces que mi cuerpo se excite,
como una enfurecida tempestad y en este cuerpo mío que te desea, con el clamor de tu deseo.
Tus suaves gemidos despavoridos,
de placer consuman nuestro inmenso, amor, este bello y precioso hecho de amor, placentero y juntos entre gemidos y gritos,
llegamos al más celestial orgasmo,
jamás soñado por nadie y
que nos conduce directamente al, más ardiente y perfecto éxtasis.
Tus suaves y dulces movimientos sigilosos, con sutiles y sensuales caricias,
llenas de amor y en silencio, te apoderas de mi mente y
de mí excitado cuerpo que has encendido, en una huracanada tormenta de pasiones.
saboreo ese delicioso y celestial placer que, jamás habíamos soñado tener y
unido junto a un dulce, pasional y
majestuoso orgasmo mientras tus senos,
se endurecen y tus pezones se erectan.
Para suavemente desatar un ardiente y
vivo fuego de pasiones y deseos que, tienes dentro de ti, de tu ser inexplorado, acaricio tu cuerpo y tu piel como un rito, de excitación que hago salir de,
tu garganta esmerados gemidos de placer.