¡Oh corazón mío!, traicionero andabas errante por los altos cielos,
buscando una mirada ardiente,
un canto alegre o un verso, que con su clara luz iluminara tu universo.
Largo fue tu invierno ,lleno de soledad, dolor y amargura, sin esperanza, sin amor y sin ternura.
Ahora parece que llego tu primavera, con todo su esplendor
y su hermosura,
y que desde sus altas laderas baja sus aguas pura, que corriendo hacia ti se apresura.
¡Oh amor mio!,
eres sombra viva, que me acompaña en este
momento en la vida, y tú corazón traicionero alegrate,
no vez como estoy volando en burbuja de cielo,
tal vez es espejismo o ilusión,
pero esta dulce canción,
que estremece el latido
de mi pecho y siente con su presencia la luz que alumbra el camino, como el lucero vespertino que sobre las altas cordillera lanza su rayo divino. Por tu luz quiero ver, y de tus aguas quiero beber,
sigame amor en este querer, que mi corazón es tuyo por deber, y muestrame el nuevo amanecer.