El Tiempo se va, se escapa,
se escurre furtivamente
como el agua entre los dedos,
para no volver jamás.
Ay de aquel que no lo aprecia
ni lo sabe aprovechar,
ay de aquel que, en forma necia,
lo quiere desperdiciar.
El Tiempo es lo más valioso
(después de Vida y Salud).
El hombre sabio y virtuoso
lo valora y lo respeta
y se fija como una meta
aprovechar su juventud
con tino y sabia prudencia.
Adquiere plena conciencia
de su importancia y valor;
aprende a vivir mejor,
llegado a la madurez
y a soportar su vejez
con garbo y condescendencia.
Incluso en su senectud
ejercita su paciencia,
pues ya domina la ciencia
del Tiempo, ¡sabia virtud!-
Eduardo Ritter Bonilla.