Tengo un corazón que se desangra,
escribo mis poemas del mismo color,
mi alma lánguida escapa sin valor.
La miel en mi boca se avinagra.
Mi mundo no tiene valía, es de barro,
pues la daga del amor se ha clavado,
en el cielo que me dieron disfrazado,
donde hoy no se hallan ni los perros.
La niña, de mi vida se ha marchado,
a merced de tiempo estoy liberado.
Hoy escribo mis versos más amargos.
Lo que me rodean perdió sus encantos,
inclusive mis risas parecen llantos.
De mi vida yerta no me hago cargo.
Autor: Alcibíades Noceda Medina
¿Donde estas que ya no escribes? ¡ dinos que ha sido de ti!, es quizas que no pecibes el vacio que hay aqui.