Y que le dio alas a mi corazón, enamorado y loco,
Que se permitió seguir labrando sus fantasías,
De que tú me amaras, igual que yo, algún día,
Y me fascina morir de deseo entre tus brazos.
Bebiéndote con avaricia mis besos.
Y allí, cual firme centinelas,
Y varios ladrones de cuentos,
Se apoderaron de mi voluntad de hierro.
Lujuria que no puedes tergiversar,
Sexo fugitivo que no puede regresar.
En un olla de orgasmos,
Parece un momento quimérico.
Una brisa festival de inviernos.
Pero es mi verdadero designio,
Imágenes oníricas de mi alma.
Pellizcándote con mi lenguas.
Tus senos de marfil, ganas furiosas,
Hambre de amor y carne, largos rizos,
Enredados, atorado en mis dedos.
Delgada sombra la que te tapa,
Y largas penas la que te desnuda,
Dos cuerpos empapados,
Bocas húmedas,
Labios mordisqueados, gota de sudor.
Cuerpos y pasiones enredados, como vengador.
Ventanas abiertas, sabanas limpias tendidas,
Energética bebidas la que emana de tus pechos,
Agua que me excita y me exalta.
Cuerpo y sombras combinadas.
Sabanas arrugadas y sucias,
Y gemidos de dos personas en una oleada,
Tormenta apasionada.
Sentir tu piel, rozar mi aliento,
Susurrando palabras en tus oídos.
Dibujando despacito tu esbelto cuerpo.
Creernos que somos sonámbulos en equilibrio.
Copyright © 2009 Ramiro Álvarez C