Injusta condena
Prometí que volvería…
Cuando tuve que alejarme
hace tiempo de tu lado,
quise conmigo llevarme,
sin pensar que no podía,
tu cuerpo suave y perlado
que con fervor poseía.
Prometí que volvería…
Te enviaba cartas a diario
declarándote mi amor,
era un pobre presidiario,
que encerrado injustamente,
defendí siempre mi honor,
sin quitarte de mi mente.
Prometí que volvería…
Ya varios años pasaron,
corro en busca de mi amada,
las cosas ya se aclararon,
a nadie le hago reproches,
pero te encuentro casada,
y me convierto, en fantoche. ® Susana Valenzuela