Que irónica es la vida;
que irónica es la muerte sobrada,
la muerte que te hace llorar,
la muerte que te descobija,
tan nostálgica que te enluta.
Irónica es la vida,
la vida tan miserable que te trae al mundo,
te acoge, te abriga, te nutre,
te levanta y luego ¡tan zas!; te dejo caer.
Irónico es el tiempo que te vive
y te desnuda la mente y los recuerdos,
haciéndote sufrir viviendo momentos del pasado.
Irónico es nuestro llanto,
ese llanto lucrado de vertiginosas emociones.
Que irónica es nuestra risa,
aquella que dibujas y con ellas maquillas
de alegría los momentos de dolor y tristeza;
esos momentos en que lloras aun ser querido,
que partió y te dio su adiós eterno.
Esos momentos rodeados de muerte.
Irónico es el recuerdo y el anhelo
de volver a ver a quién ya no vez,
de volver a vivir con quien ya no vive más.
Pero debemos de dejar la ironía y la ignorancia
y hasta que usemos nuestra inteligencia humana,
dejaremos de llorar a los que ya no están
y entenderemos el verdadero significado
de la palabra muerte, de la palabra adiós.
cristopher antonio moraga
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS
11/08/10