recuerdo las tardes de otoño,
en el que nuestras palabras
eran como las caidas hojas,
perdidas por el veterano olmo,
y que marchando del uno al otro
abrian los poros de nuestra piel,
y convertian los brazos en alocados
corceles galopando sin montura
en pos de la fuente mas proxima.
Nosotros.
Tardes de otoño, de hablar reposado y
sosegada voz, solo interrumpida por
el silencio del alma inquieta.
¿ No llega el invierno,
la dulce primavera y el inseparable verano?
Permitidnos oir de nuevo
el silencio del otoño,
de la palabra no dicha, no pronunciada.
Oir el silencio de la intencion no manifestada aun,y lo mas deseado
oir ese "te quiero un poco", no dicho
sí pensado, sí oido.
No compartido con nadie por no pronunciado.
¡Volved tardes de otoño ¡