Pedro es pequeño, tanto, que creo cabe en una sola de mis manos.
junto al calor del verano, llegó a este mundo, antes de lo estipulado. Hoy se muestra fuerte, y ocupa el pequeñito, nuestros corazones, y nos llena de gozo, provocando en nosotros algo delicioso. Sólo con contemplarlo nos enternece a todos, de tal modo que arranca sin querer, una lágrima, un suspiro, una sonrisa. Y en amoroso ambiente crece, protegido por su ángel, muy de prisa. Nos regala cada día algo nuevo, capaz de despertar nuestra sonrisa.
® Susana Valenzuela
06-01-10