Yo, era un velero
que navegó en el azul de tus ojos,
pero con el paso del tiempo,
me di cuenta que en ese mar,
no encontraría jamás lo que yo buscava.
Navegué y navegué,
cuando por fin a lo lejos,
en tus ojos pude ver una gran isla,
me acerqué poco a poco
y cuando por fin llegué a ella,
resultó ser tú corazón.
En tus labios vi un día,
el reflejo del cariño,
y el amor que me entregabas,
mientras que mi mente reflexionaba
las dulces palabras de un... te quiero.
Llegué a tener miedo
de tus sentimientos,
llegué a tener miedo
de no saber si verdaderamente me querias,
de no saber cual era mi camino.
Me pregunté...
si realmente había valido la pena,
haber tomado rumbos tan lejanos,
atravesando tormentas y vendavales,
agüantando el frío y el calor,
hasta que cierto día encontré
el lugar adecuado, ese lugar
que seguirás ocupando eternamente...MI VIDA.