Me decías que ahora ya no podías reprimir,
a tu ardoroso cuerpo, al cual le hiciste tú,
estremecer de placeres, pasiones y deseos,
fue cuando en nuestro lecho de amor,
nuestros dos cuerpos unidos se fundían,
si se fundían en uno, de deseo, de placer y
nos entregábamos los dos a los más
maravillosos placeres que el amor nos da.
Al rozar tu cuerpo desnudo y la humedad,
de tú sensual y delicada piel, envuelta
en una excitación total de tu cuerpo,
te entregabas a mis pasiones y
al fuego ardiente y desbordante por,
ese deseo de placer, ya amor mío,
no pude contener mis emociones de placer,
de tus excitantes juegos eróticos.
Mis manos desbocadas y temblorosas, recorren con deseo todos tus ocultos y
maravillosos tesoros más sensuales y
tus bellos pliegues inexplorados de tu,
excitante cuerpo, mis revoltosos dedos, buscan tus atesorados genitales.
Quiero amor poder sentir tus sensuales y
excitantes puntos eróticos de tu cuerpo,
quiero hacerte que pierdas todos tus sentidos,
tu sensibilidad y haciéndote aflorar por, tus labios carnosos, los más deliciosos, gemidos sordos de deseo y placer.