Sentado en el cordón,
de la vereda de la vida,
esperaba el amor,
que según dijo regresaría un día,
fueron muchos
los almanaques consumidos,
dedicados en su nombre
y su memoría,
si se me fue la vida,
de a poco en esta espera.
Un día de repente,
divise en el horizonte,
el amor que sonriente,
hacia mi se dirigía,
preparé el beso,
el abrazo,la mirada,la lagrima,
que impacientes esperaban su llegada.
solo pude mostrar mi lágrima,
que fue torrente,
manantial del alma,
pues el amor paso de largo,
se habia equivocado de vereda.
avelino
04/04/2009
02:40hs
córdoba R.A