No creas que te lloro
porque en realidad
Llorarte sería mentirme
Y si te llorase, pues bien,
entonces alegaría,
emoción recíproca,
Hoy se puso,
pleamar la dièresis
de la vida,
Y tal vez, mejor así,
pudiera decirte
En mis versos
Que a pesar de todo
No cambiaste,
Entonces para que llorarte?
si acaso no te perdí todavía,
Porque mi alma y tu alma
Se cruzaron hace
Tiempo,
Y en definitiva,
A la luz de una
Verdad profunda,
Tu guardas la mía
Y yo guardo la tuya,
Y aún más,
Dichoso yo que
Venero tu amor,
Y dichosa tu
Que veneras el mío.
No creas que te lloro
Ni quiero que me llores,
Ven! No dejes que la rutina
Vuelva a envolverte
Como antes…si, como antes,
Como cuando te refugiabas
En mi pecho y
Te enjuagabas con mis besos
Asesinos…preorgásmicos,
así les decías,
ven! Dejame dibujarte,
al final de tu espalda,
en el hueco procaz
con mis dedos intuitivos,
una nostalgia, una melancolía….
Ven! Que sabes de sobra
Que el futuro es nuestro
Y aunque reniegues de su
Real pureza, volverás,
Tibia y mansa, a mecerme
En tus brazos
De niña y de mujer
Que tanto he de extrañar,
cuando llegue la hora de extrañarte.