¿Donde estaré contigo, Dios amado?
¿Será en la nube azul? ¿En el oscuro
Tapiz del alto cielo, inmenso y puro,
O en oculta morada cautivado?
¿Y es posible Señor, siendo el dechado
De grandeza poder y amor seguro,
Que desciendas al hondo pozo, impuro,
Del pobre ser que a ti se te ha entregado?
¿Es tanta tu ternura, que no curas
De mezclarte con seres tan perdidos,
Y en tu amor, salvación de ellos procuras?
Solo en la fe de Cristo, en sus alturas,
Se puede comprender, que a mis gemidos
Acudas con tan célicas premuras.