Soy tan feliz
Que no distingo la tierra del cielo… El mar de la arena…
Es que en mi nuevo corazón, no hay tamiz
Son mis latidos, de chelo, con cuerdas de violín…
Es tan bello, este día!
Que los opuestos, son mi algarabía…
Hoy Dios!. desayuno conmigo
Y jugando en un trampolín..
Encontramos la raíz
Y la vida es sol, no existe el castigo!..
Tal vez descubrí el valor!..
De sentir la sensación, del calor!..
No siendo indiferente, ante el dolor, al faltarme tu voz!
Y en este espacio de tiempo, el más grande sentimiento, se completa!
Armando alguna fase de la luna que se estira, se desparrama, e involucra al cielo…
Que la llama!..
Para que vuelva a iluminar a todos los corazones que solo deseen amar!..…
María Verónica García