Poséeme, en el giro eterno de los cambios
Hunde tu vientre hasta mi sol, saborea el aire de mi boca, bebe todo su dulzor!.
Mientras en tus hombros se desmoronan,en
finas hebras, mis cabellos largos
Abrázame!. con tus manos estiradas
Así, apretándome!. con aroma a vainilla, mezclado, entre las sábanas
De tu lengua, gotas de miel destilan y a mis labios, como un hilo incandescente bañan
Vaina de gramilla, de tu pecho brota el ardor, por mi regado, en un suspiro desenfrenado, te levantas!.
Uniéndote a mí latir, en el único átomo que anida, en la escena del amor y en mi garganta
Afrodita y Venus vertidas…
De la copa del Olimpo en la eléctrica fusión de mi lava, a ese llamado relámpago… la vida!..
En su poder se expresa la bendición
Único trago certero de la resurrección
Este inevitable, trágico y bello!. nuestro día!.
María Verónica García