Un asesino despiadado,
al acecho cuando menos esperamos,
muy gentil, cuando intenta ilusionarnos
hasta el mas frio cuerpo, derrite entre sus manos.
Se lleva las almas por delante,
las pasiones bajo siete llaves
y los besos son el alma mortal, dulce nectar del pecado.
Dos cuerpos que entregados como afrendas
en el lecho de sabanas blancas
se envuelven como queriendo escapar,
pero se quedan por si solas, a morir en el acto.
Mas, si fuera el asesino, silueta de angel negro
en busca de la victima, celestial criatura perfecta,
lucha sin armadura en la batalla del corazon,
donde la victima se rinde libremente, sin cadenas.
Es el amor; cruel pero piadoso
feroz, pero afable
casto, pero lujurioso
ingenuo, pero malicioso,
como huir, sin que pueda enredarme.
Tu, mi pecado y penitencia
fortuna y perdicion
que me somete los pensamientos al cielo
y el cuerpo, al infierno de tu adiccion.
Es este amor, que me delata en la mirada
y tu nombre en una cancion
y mi cuerpo en tus manos,
no conocen de razon....
Condename a existir
en el universo de tu pasion
y a navegar sobre la turbulencia
del beso, entre la luna y el sol....
Soy carnada, en tu hoguera
del ritual de tu erotismo
complice, mi amante,
de este asesino, llamado AMOR.