Un amigo verdadero se sumerge en mi agonìa,
como un trago de agua frìa en un dia caluroso,
su consejo esplendoroso me sustenta todo el dia.
Un amigo que en la angustia me a llenado de esperanza,
su delicada fragancia en una noche de llanto,
me hace olvidar el espanto de esa maldita y cruel trampa.
Aùn no entiendo que pasò ni en què momento serìa, que esta brutal cobardìa que en tinieblas praparaban,
con mucha malicia planeaban construyendo mi agonìa.
Y si no fuera mi hermano por el que ama mi alma,
nunca abria buelto la calma a un corazòn como el mio,
que aunque ha quedado un vacìo hoy se llena de esperanza.
La esperanza de lograr en tantos años pasados, el recuerdo malogrado de una traiciòn que trasciende,
y con dolor se defiende quedando siempre gravado.