Tú que eres el hombre que ella ama,
Aprende de mi todo lo que puedas
Obtén de mi sangre el calor que ella deja
Cuando te mira distante y se aleja.
Observa en mis ojos, cómo observarla,
Pregúntale a mis labios cómo besarla,
Toma de mis sentimientos el venerarla,
Mata de mi la adicción, el necesitarla.
Tú que de noche la has podido acompañar,
Llévate mis sueños para ya no despertar
Y ver que entre mis sábanas no ha de estar,
Causándome un dolor del que no logro descansar.
Tú, que sabes todo del cómo enamorarla,
Ven y aprende de mi cómo mantenerla,
Después de todo me he dedicado a estudiarla
Para poder un día lograr por mi enloquecerla…
Ven, llévatela de mi, te regalo los sentimientos
Que la harán un día la mujer más feliz a tu lado,
A mi el hombre que se dejó vencer, torturado,
Y a ti, mi sombra, el acompañante afortunado.
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