Te fuiste mar adentro,
Sin mirar hacia la playa,
Atrás quedaban las rocas,
La arena y la espuma,
Que con sus aguas llegaban,
Navegaste viendo soles y pájaros,
Y peces que te acompañaban,
Ya las algas secas,
Las que quedaron en la playa,
Eran recuerdos lejanos,
Recuerdos de vidas pasadas.
Un día un gran tifón,
Trajo fuertes marejadas,
A tú memoria llegó el recuerdo,
De tus playas olvidadas,
Tú ruego súplica,
De que todo pasara,
Encontró en un Dios piadoso,
La respuesta esperada,
Pero sin velas en el mástil,
A la deriva quedabas.
Fina visión en el horizonte,
La tortura que se acaba,
Encallase aquella nave,
Sobre la arena de la playa,
El destino es cruel,
Volviste destartalada,
Y allí estaban sin haberse ido,
Las rocas, la arena,
Y la espuma que con sus aguas llegaba.