Deja de lado las señas y los nombres; yo no te quiero así: como si no fueras tú. Te quiero libre, dócil, simple, igual a como te estoy soñando para que cuando te llame desde aquí, desde lo azul de mis sueños, sin palabras y sin signos sólo tú serás tú, y cuando me preguntes quién es el que te llama desde las sombras, con el silencio y la noche, quién el que el que te quiere suya en la distancia y en el tiempo, y siempre; lo esconderé todo en el más allá, ahora, y mañana, y después… todo quedará oculto, mi historia y los dibujos, la vida misma: todo. Y enterraré la claridad desnuda y sin voz detrás de las quimeras, una vez, una tan sola, esperando con lacerante calma el momento, un instante, para salir del secreto y así, vuelto de la nada al no saber quién soy recién podré responder a lo que tanto me pregunta tu silencio; y te diré: yo te quiero…soy yo.