El colorido del parque son ellas,
cual perfumeros que aroman las aguas,
con su fragancia me llega la pena,
es la nostalgia de tiempos de gloria.
Allí plantadas recuerdan las mozas,
que en la pileta saciaron su sed,
la tentación de cogerlas a todas
cual opulento Sultán o Califa.
Mientras aspiro la miel me parecen,
cual un perfume de pieles hermosas,
cierro los ojos me invade el encanto.
Es cada cáliz tan dulce en la fuente,
tal vez por eso, allí las sembraron
a esas violetas cual filtros de amor.
Humberto Reyes H.