Se encontro asi solo el caballero,
Reflexionando sobre sus visiones;
En lo mas profundo de aquella cueva.
Meditando si era un desafuero,
Juego insulso de sus emociones;
U oportunidad que nos concede Dios,
A todo aquel, que sus votos renueva.
Razgo de nuevo el velo del sueño,
Trastocando asi, un mundo casi real;
Vio en él , la imagen de su princesa,
Que sollozaba sumida en su tristeza,
Custodiada por aquel temible dragon.
Sintiose en su presencia, cenceño,
Mas cubriendose con su escudo leal;
Se apresto bajo una gran llamarada,
A liberar del encanto a su amada,
Con un osculo que la hiciera volar.
Sintiendo la tibieza de su mano,
Se transporto con ella a un altiplano;
Y con un hermoso futuro por delante,
Se pudieron por completo..
Para siempre amar.