Andando por el mundo encontré un tesoro desaprensivamente
al alzar sus ojos hacía mí, descubrí el amor dormido entres helecho,
el corazón quiso salir, unirse al otro para cantar ahí en el pecho,
maravilla oculta, revelé en este mundo raro, que hermosa cesación.
Asombrado, repetiré una y mil veces, me embelece tanta belleza,
busco adjetivos, no encuentro palabras para calificar esta gracia,
y desde entonces deje de correr, empeces a observar con eficacia,
lo que se me ante pone, doy valor a todo, no importa su simpleza.
Pues yo comprendí, que en toda esta una maravilla presente,
estos ojos de color de azul cielo, para mi brilla y definitivamente,
es sol sin ocaso, en ella estoy disuelto y viajo a la luz de su mirada.
Me acerque a esta fuente de agua clara, solo para contemplarla.
Y ahora me siento dueño de su universo, trato de no enturbiarla,
que permanezca, limpia y pura, conservando la hermosa pincelada.