Si tuviera en mis manos...magia e ira eterna
sembraría de tumbas los ocres del olvido...
el semblante artero de buscar cada latido
y juntarlo en las almas, tristes y con pena,
si tuviera en mi mente...el don de la inteligencia
caería sobre sus ánimas, paseando mis razones,
sangre le daría al bombeo de sus corazones
con la simple alusión de vivir en sus ausencias,
si tuviera en mis ojos...el parecer cristalino
de esas aves que emigran sin desperdicios,
vagaria el submundo y arrepentido de los vicios
saldaría esas deudas que ellos saben y yo imagino...
Si tuviera en mis labios...la razón de un paralelo
uniones que frágiles, desunen al pensamiento,
contendría la locuaz falacia de algún argumento
que me tiña de rojo, lo que apenas es desconsuelo,
si tuviera en mis brazos...la fuerza de la guerra espuria
atacaría los flancos, débiles que tanto duelen,
en cada trinchera que a mis siglos preceden
para saciar de venganza las debacles de mi furia,
si tuviera, tan solo, el paisaje del remordimiento
la necedad de un halo, de falsas primaveras...
Ay! que semblanza tendría si tuviera
la paz de los huesos...firmando mi testamento.