El agua tibia del mar de encanto
surcó la arena y los arrecifes muertos
de la orilla blanca sin soledad ni odio,
donde no prende hoguera y arden pasiones.
Oyendo cantar las olas camine en silencio,
las unas con tono bajo se alzaban con el viento,
las otras en rutina con el frió viento,
caían deslizadas como nubes sin lamento;
Luego, escribí tu nombre en la playa
con un duro coral negro
traído más allá del recuerdo
y más aún .de más adentro.
Apacibles alcatraz estaban,
como yo, alejados del tiempo
o reposando en la línea del mar
como curtidas canoas pescadoras,
que no penetrarán a las olas otra vez,
ahora serán rico alimento del tiempo,
parte del exótico y tropical paisaje
o solo una mancha al entrar la noche.