Niño de ojos hermosos,
no te eches la culpa por haber hablado,
no me eches la culpa por haber mirado,
echale la culpa a Cupido,
que con su flecha de amor nos ha atravezado.
En esa tarde de verano,
Cupido siguiendo los festejos de las fiestas,
un poquito embriagado estaba,
sin darse cuenta el travieso,
eligió nuestros corazones,
que por alguna razón,
algo necesitaban.
Pero el muy picarón,
no se dió cuenta,
que nuestras vidas arrastraban,
historias de pizarrón,
pero el aprovechó la ocación,
el en su agenda del amor muy poco se equivoca,
debido a su presición.
Pero no te eches la culpa,
no te llenes de rencor,
déjalo a cupido,
que cumpla su misión,
No te llenes de amargura,
no me pidas perdón,
pues Don Cupido,
abrazaditos nos tiene a los dos.
Muchos besos y abrazos,
a nuestro querido Cupido del amor,
pero no te eches la culpa,
echale la culpa a Cupido,
que con su amor nos ha derrotado
¿Donde estas que ya no escribes? ¡ dinos que ha sido de ti!, es quizas que no pecibes el vacio que hay aqui.