Miro mis manos blanquesinas,
la neblina las esconde de mis miradas,
y mis bolsillos las guardan,
cuando mis pies,
de botas y calcetnes de lana,
avanzan en medio de la helada,
que talla los huesos,
que hace castañetear mis dientes,
mientras me fumo un cigarrillo,
para calentar con el humo mi nariz.
Y así sera mi día.
no me escondo de la lluvia,
menos le temo al frío,
cuando mis pies me guian al campo,
donde por unos cuantos centavos,
acumulo mis ganas de no flaquear,
y asi llevar el pan
a mis mujeres,
que me esperan en casa,
mientras afuera el frío talla los huesos,
y la lluvia ahoga mis miradas,
pero mis huellas no se cansan de guiarme,
al predio,
donde por unos cuantos centavos,
vendo mi trabajo,
con la esperanza de que mañana,
todo sera mejor.