Empeñé en ti mis sentimientos cuando apenas contabas dos meses, fuiste testigo de mis días mas amargos, acariciaba tu pelo sentado junto a la chimenea de la casita y con tu mirada me hablabas y me dabas tanto cariño, que ha veces creía que eras persona, en aquellas noches de invierno con tu ladrido apenas escuchable ya me avisabas de lo que para ti suponía peligro, seguiste toda la trayectoria de mi vida desde mi llegada a este mi rincón ;Cañada de la Plata, vistes nacer a mi hijo, con el que pronto llegaste a entenderte creaste en mi un sentimiento hacia los de tu raza, que cuando llegó la hora de tu partida no pude contener las lagrimas al decirte adiós, allí bajo la sombra del Olivo, donde cavé tu tumba y te deje dormida para la eternidad.
Gracias mi querida perrita por darnos tantos días Felices.
Tu amigo.