En estas dos últimas semanas he recordado varias cosas:
que siempre he estado solo,
que no soy como los demás,
que la gente,salvando a mi familia,cada vez me importa menos,
que casi nadie es sincero conmigo,
y que no sé apreciar la vida.
Dicen que de todo se aprende
¿Será cierto?
Creo que no,
he tropezado muchas veces en lo mismo como para creerlo.
Lo único que sé es que aprendo más en soledad que
en compañía.
En soledad veo más clara mi realidad,
me conozco mejor.
En compañía se distorsionan mis pensamientos,
aparece un instinto asqueroso de no querer dar la nota,
de no ser el bicho raro.
Cada vez me importa menos también esto último,
si me tomais por loco por no ser como vosotros moriré contento.
Tal vez un psicólogo dijese que tengo un carácter complicado,
que tuve una infancia difícil,
que me pongo una coraza para esconder mis complejos. . .
A la mierda,
no es nada de eso.
Básicamente es la maldita suerte,
el destino,
la vida que me ha tocado,
llamadlo como os dé la gana.
A pesar de todo asumo bien vivir en el infierno
¿Vosotros lo haceis o pensáis que esto es un paraíso?
No voy a engañarme,
el mundo apesta,
la vida apesta,
pero me marcharé de aquí con la cabeza alta,
alguna vez he dicho lo contrario
pero que quede claro ahora,
en este instante,
¡no me arrepiento de nada!
Aprendo,
siempre aprendo.
Maduro,
estoy dejando madurar esta acidez.
La soledad es mi compañía,
el fracaso es mi amigo,
es tabaco está cabando mi tumba con tranquilidad
¿Qué otra cosa podría hacer?
En el fondo lleva razón quien dice que no hago nada.
Quieren que vaya a apuntarme a no sé que lista del paro,
que sea un número más
de los 5 millones de apenados sin futuro de este país,
que busque algún absurdo curso,
que reparta currículos
para que a algún empresario cabrón no le falte papel en el bater,
quieren que sea más alegre. . .
¿Se preocupa alguien en conocer lo que quiero yo?
La vida del don nadie que no quiere ser alguien es dura sabeis,
la sencillez no está bien vista en estos días.
Hay que ser más que el otro,
alardear,
conseguir un buen coche,
una bonita casa,
incluso cuando todo acaba
tener una lápida limpia y presentable.
El dinero lo abarca todo,
llena los sueños de los pobres
y hace realidad el de los ricos.
Echo de menos vivir en una cueva. . .