Con la proximidad sentir el ardor,
de nuestros cuerpos desnudos,
en el lecho de amor jugando a,
nuestros juegos sensuales y
eróticos, nuestros cuerpos unidos,
amor mío, son como una pira candente,
ardiente, que nos produce la mayor,
excitación y el más delicioso ardor,
de la pasión y el deseo.
En esos momentos tan fogosos nuestras,
mentes pierden los sentidos y
nuestros deseos son los que se aferran,
a nuestros deseos de hacernos el amor,
haciéndonos perder la razón hasta el punto,
que tu coges mi mano y muy despacio,
la guías hasta dejármela sobre tu pubis,
para que mis dedos lo acaricien y
sigan caminando por la bajada de tu vereda,
que conduce a mis dedos hasta tus tesoros.
Ahora mis dedos descansando siente como,
se van mojando y se humedecen según,
se adentran por el camino que los conducen,
hasta la entrada de tu caverna oscura y
mojada como si emanara los más dulces jugos,
que a mis dedos les hace sentirse como si,
se pegasen o aderiesen entre ellos al entrar,
rápidamente los vuelvo a sacar de su interior,
con rapidez, siento como tu cuerpo se estremece.
Al sentir tu sigo metiendo y sacando mis dedos,
mientras de tu boca salen los más bellos gemidos,
de placer tú coges mi mano y comienzas a moverla,
con rapidez para que mis dedos entren y
salgan una y otra vez con rapidez mientras tú,
sigues gimiendo y yo siento que mis dedos se mojan,
cada vez mas mientras tu estremecimiento,
te lleva hasta el más maravilloso orgasmo.