Olvídate, como to me olvido,
de placeres dormidos en el tiempo,
de alargadas esperas ya marchitas,
de encuentros sutiles y fugaces.
Sumerje profundo en la memoria,
los sueños que un día echaron a volar,
córtale los vientos y las alas,
para que no puedadn volver a remontar.
Riega con sal esa simiente,
que busco la luz en el ocaso,
no atrevan los brotes a asomar,
para que no florezcan esperanzas.
Vacías mis manos d tesoros,
estrujan la soledad y el abandono,
y yo, con los bolsillos rotos,
no puedo recibir una limosna.