A esa viejita silenciosa y rezandera,
esa mujer callada y cara de abuelita,
mis hijos a ella la llaman abuela,
yo la llamo mama, pues mi Madrecita.
Esa viejita que ya no sale de la iglesia,
rezando por ella y por sus hijos,
tiene arrugas y es blanca su cabeza,
y se la pasa bendiciendo a sus nietecitos.
Aquella viejita, bonita y rezandera,
que siempre esta con el rosario en la mano,
no se te olvide hijito, es tu abuela,
es mi mama, de tus tios, de mis hermanos.
A ella hoy este dia la celebramos...
recuerda que es el dia de Las Madres.
por eso es que al ratito nos vamos,
a oir la misa, que por ella celebra el Padre.
Pidele a Dios que la bendiga...
que la deje llegar a los cien años,
porque a pesar de su edad es tan linda,
es un alma de Dios, un ser humano.
Con todo cariño para todas las abuelitas, de parte de su admirador.
Miguel Murillo
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!